Recorre el planeta en busca de las mejores combinaciones para diseñar los blends (mezclas) más innovadores del mercado. El té llegó a su vida a los 16 años, cuando detectó que contaba con olfato absoluto. Se convirtió así en nariz de té, tradicional oficio que comparte con menos de una docena de privilegiados en el mundo. Desde entonces se ha dedicado a caminar cosechas y a viajar a plantaciones alrededor del mundo para diseñar los mejores blends de té.
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